lunes, 4 de agosto de 2014

¡No me digas que hacer!

Este es una historia basada en mí. Disfruten la lectura.

¿Quién te crees tú, para mandarme?  No, no eres nadie. ¡Déjame, no me digas qué hacer! ¡Yo puedo sola! Nací libre, soy libre, no me molestes.
"No empeores las cosas, hazme caso"
¡No! Yo no te necesito.
"Me necesitas, tú necesitas de mí. ¿Crees qué puedes sola?"
¡Por supuesto que puedo sola! No necesito tu ayuda... no a cambio de eso.
"No grites, vas a despertarla. Y recuerda que ella es mucho peor que yo."
Me detengo y controlo mi rabia, no quiero despertarla.
¿Cuándo te vas a ir?
"Cuando se me de la regalada gana, querida"
Cierro los ojos y hago puños con mis manos, buscando calmarme.
-Vaya, pero que bien se llevan.
Mis manos empiezan a sudar, las abro, están cayendo gotas de sudor. Quiero mostrar una reacción de sorpresa; sin embargo, no me atrevo a abrir mis ojos.
Ah despertado.